¿Inventó el rey de Francia Luis XV la grapadora?

Cuenta una leyenda urbana que, en el siglo XVIII, Luis XV, rey de Francia, inventó una grapadora de papel para coser y agrupar sus documentos; se dice, también, que usaba grapas de oro y que tales grapas llevaban engarzadas piedras preciosas; e incluso el escudo de las Cortes Reales. Pero ¿realmente inventó Luis XV tal grapadora? ¿Eran de oro sus grapas como cuenta la leyenda? ¿Es esto un mito o en verdad ocurrió?

Rey de Francia Luis XV

El tema de la grapadora de Luis XV fue investigado exhaustivamente por un usuario de Reddit. Mike Dash, el prolífico contribuidor de la red social, cuestiona si realmente una grapa de un metal noble como el oro sería capaz de perforar el papel, dado que se trata de un material muy blando. Asimismo, añade que «las piedras preciosas supondrían un obstáculo para archivar con orden el papel». Lo que sigue es un resumen de sus hallazgos.

Las primeras referencias aparecen en 1961

A principios del siglo XXI sitios como Mental Floss empiezan a difundir esta historia. Sin embargo, ya se hablaba de tales hechos antes incluso de la llegada de Internet. La primera referencia al asunto aparece en un artículo de Investor's Reader de 1961 en el cual se afirma que Jack Linsky, presidente de la compañía americana Swingline e inventor de la grapadora moderna, le habría enseñado la grapadora de oro de Luis XV al presidente de la Bolsa de Nueva York, Keith Funston.

Jack Linsky le enseña la supuesta grapadora de Luis XV a Keith Funston. Foto: IMGUR

Mike nos recuerda que Jack Linsky también fue el inventor del adhesivo que hizo posible agrupar las grapas en los peines para disponerlas en la guía del cargador. Además, en un artículo del New York Times sobre la historia de las grapas se describe a Jack como un hombre que se tomó muy en serio la historia del dispositivo. Acto seguido Mike plantea la hipótesis de que la historia sobre la grapadora de Luis XV fue difundida por el propio Jack.

En realidad, en el siglo XVIII no se desarrolló ningún útil comparable a la grapadora moderna. De hecho, el detalle de que las grapas de Luis XV estaban forjadas en oro e incluían incrustaciones de joyas preciosas no aparece hasta el final del siglo XX. Además, Linsky tenía buenas razones para vincular la historia de la grapadora moderna con la Realeza francesa, ya que ello suponía prestigio para su propia compañía.

¿Grapadora o perforadora de papel?

De la escasa información disponible se pueden extraer dos posibilidades. La hipótesis del fabricante italiano Fattobene es que la máquina de Luis XV era en realidad una herramienta que usaba pins decorativos con los cuales el rey estampaba el sello real. La otra plantea que las famosas grapas de Luis XV no habrían sino clips retenedores de papel, haciendo las veces de la cuerda o cinta de sellar que entonces servía a tal fin. Esta segunda hipótesis sí sugiere que el invento del Rey sería algo así como una primitiva encuadernadora de documentos que perforaba primero el papel para después agruparlo insertando y plegando una pieza de metal.

La utilidad de tal invento, sin embargo, sería dudosa; ya que hubo que esperar hasta la segunda mitad del siglo XIX para que la industria desarrollara un alambre de acero con la combinación adecuada de dureza y durabilidad para asegurar los fajos de folios. Por tanto, Mark sugiere que la hipótesis italiana se aproxima más a la realidad. Pues, en efecto, con el otro planteamiento no estaríamos hablando de una grapadora de papel, sino de una taladradora.

Por otro lado, las primeras grapadoras industriales no aparecen como tal hasta el siglo XIX. Samuel Slocum inventa una máquina para incrustar agujas en papel, en 1841, mientras que Lipman's inventa en 1868 una máquina perforadora para la industria textil. De hecho, la palabra grapadora como tal, stapler, no aparece hasta 1880. Concretamente, el 2 de junio de 1884 en The American Bookseller; donde se describe una novedosa cosedora de papel.

Conclusión

La humilde grapa fue lo suficientemente innovadora para hacer rico a Linsky: él y su mujer, Belle, fueron filántropos y coleccionistas de arte, poseedores de una de las mayores colecciones de huevos de Fabergé en America —nos recuerda el New York Times en una nota sobre el propio Jack—. Y añade: Jack murió en 1980 y Belle, en 1982, donó una colección de arte europeo valorada en 60 millones de dolares al Museo Metropolitano de Arte.

Tal colección, que curiosamente recoge varias obras de arte creadas durante el reinado de Luis XV, es ahora una de las exposiciones más importantes del Metropolitano. Parece posible, pues, que la supuesta grapadora de Luis XV sobreviva aún en algún lugar, sin embargo, no aparece entre los objetos donados al museo por Belle Linsky.

Mark concluye recapitulando que la historia se la inventó Linsky y que los detalles, incluyendo las grapas con piedras preciosas engarzadas, fueron inventados por escritores imaginativos para hacer la historia más interesante en torno al año 2000. El dispositivo que enseña Linsky a Funston podría haber sido, entonces, un utensilio para estampar sellos reales en relieve sobre el papel.