Ventajas de las pistolas grapadoras. Los pros y los contras

Las pistolas grapadoras no son nuevas. De hecho, ¡llevan con nosotros más de medio siglo! A pesar de ello, aún hay personas que ignoran las ventajas que ofrece esta útil y versátil herramienta. Así pues, si aún no tienes una de ellas en casa, en este artículo hablaremos de los pros y los contras de las pistolas grapadoras.

Pistola grapadora Tapizado del asiento de una silla con una pistola grapadora

Introducción

No. Las grapadoras no es una herramienta exclusiva de oficinas. Y no solo sirve para agrupar y coser folios entre sí. Ni mucho menos. Cierto es que, al pensar en ellas, automáticamente las imaginamos grapando papel, acaso cartulina o cartón, y poco más. No obstante, a veces un rayo de luz nos hace caer en la cuenta de que la humilde grapadora de escritorio tiene una segunda utilidad; pues, en efecto, también sirve para clavar.

Así, al bascular el cabezal de nuestra pequeña grapadora de escritorio —algo que es posible hacer con casi cualquier modelo—, esta se transforma en una sencilla clavadora. Fijar un cartel informativo en un tablón de anuncios o clavar un póster en una pared son dos tareas que podemos hacer con ella. Sin embargo, para estos menesteres existe una mejor herramienta: la pistola grapadora.

Mallas metálicas, telas y tejidos, fieltro, tableros de madera contrachapada, membranas y láminas aislantes son ejemplos de materiales que podemos grapar de manera simple y eficaz con una buena pistola grapadora.

¿Qué es una pistola grapadora? ¿Cómo funciona?

Una pistola grapadora es aquella que se acciona por gatillo. Para grapar con ella no golpeamos su cabeza; sino que, por el contrario, la sujetamos por la empuñadura, al tiempo que presionamos el material que deseamos clavar; y, acto seguido, tiramos del gatillo. Así, con este brevj gesto la grapa se aloja con firmeza en el lugar elegido.

Pero ¿cómo funcionan estas grapadoras? ¿En qué varían con respecto a las de escritorio? La diferencia es que mientras la grapadora de oficina funciona mediante un mecanismo de palanca, la pistola de grapar opera con un mecanismo de resortes. Pero vamos a verlo en su raíz.

Una grapadora de oficina de sobremesa consta de dos partes: la base y la cabeza basculante. Ambos elementos están conectados en sus extremos a través de un eje. Pues bien, cuanto más larga sea la grapadora, menor será el esfuerzo requerido para grapar (y, por tanto, mayor la capacidad de grapado). Es el usuario quien, al presionar con la mano, ejerce la fuerza necesaria para grapar el papel, hablamos en exclusiva de un esfuerzo de palanca.

Por el contrario, las pistolas grapadoras no poseen piezas móviles visibles con la excepción del gatillo: toda la magia ocurre en su interior. Cuando se oprime el gatillo, se aplica progresiva y lentamente una elevada tensión sobre su un interno. Y de repente... ¡BANG! ¡La presión acumulada se libera bruscamente! La cuchilla empujadora recibe así un potente impacto que, como resultado, embute la grapa en su destino.

Como vamos a ver en la sección siguiente, el mecanismo de disparo reforzado con resortes ofrece varias ventajas frente al sistema de palanca de las grapadoras clásicas de oficina.

La ventaja del mecanismo de resorte. El colchón del faquir

¿Por qué son más potentes las pistolas grapadoras en comparación con las de oficina? Muy sencillo: porque generan una gran tensión que se concentra en un punto muy pequeño: la corona de la grapa (zona superior que une ambas patas). Pero ¿no nos recuerda esto a los faquires?

Colchon de faquires

¿Cómo hace un faquir para no pincharse cuando se sienta sobre un colchón de clavos? En realidad, recurre a un truco muy sencillo, ¡ojo!, que esto no significa que sea fácil. Su secreto: repartir de manera equilibrada el peso del cuerpo entre los clavos. Cuantos más clavos estén en contacto con su cuerpo, menor será su sufrimiento.

Esta es la idea: la fuerza ejercida por el peso de su cuerpo y la gravedad se reparte entre todos los clavos. En otras palabras, si el colchón solo tuviera un clavo, el faquir se lo clavaría sin remedio. Pues bien, así es como funciona la pistola grapadora: concentra sobre la pequeña grapa de alambre toda la fuerza que ejerce nuestra mano.

Y, llegados a este punto, tal vez estés pensando que lo anterior también es así en la grapadora de oficina. Bueno, sí y no. Porque pensándolo bien..., la fuerza de la mano se reparte por una buena parte del cabezal de la grapadora. ¡Ajá! ¡Muy distinto sería si empleásemos un martillo! De hecho, tal invento existe:

Grapadora de suelos por martillo Grapadora de suelos para usar con martillo. Foto: Spotnails

La ingeniosa máquina de la figura es una peculiar grapadora de la marca Spotnails diseñada para instalar suelos de madera. Hemos de golpear con una maza el émbolo que emerge de la cabeza de este extraño útil para clavar la grapa. Curioso bártulo, ¿verdad?

Pero volvamos a lo nuestro. La combinación de un sistema de resortes (que acumula tensión) con un gatillo que es, a su vez, una palanca, y con un mecanismo interno que multiplica y dirige toda esta fuerza mecánica a la grapa da como resultado una grapadora muy potente, a pesar de que se trate de instrumento manual.

Y, ahora sí, vamos a ver los pros y los contras de las pistolas grapadoras o clavadoras.

Ventajas de las pistolas grapadoras

Estas son las principales ventajas de una pistola grapadora:

  • Potencia: las pistolas mecánicas de grapar son potentes, como ya hemos visto. Tienen fuerza suficiente para clavar grapas largas en maderas blandas y grapas de mediana longitud en maderas duras.
  • Versatilidad: hay distintos tipos de grapadoras que se adaptan a diferentes tareas. Los modelos de grapas cuadradas sirven para tapizar, montar bastidores o instalar paneles de aislamiento pero también hay grapadoras especiales para tareas concretas, por ejemplo, la grapadora para cable Rapid R28 usa grapas redondas.
  • Admiten varias medidas de grapas: el cargador de las pistolas grapadoras admite diferentes largos de grapa. Así, una misma herramienta sirve para clavar materiales de diferente espesor. La regla estándar para escoger la longitud de la grapa es multiplicar por tres el grosor de la pieza clavada cuando se grapa en materiales blandos, y por dos si vamos a clavar sobre superficies duras.
  • No requieren electricidad ni compresor: las pistolas mecánicas solo precisan para funcionar nuestro propio esfuerzo. No necesitan pilas, no hace falta conectarlas a la red eléctrica y tampoco requieren un compresor para funcionar como las grapadoras neumáticas. Por todo lo anterior se pueden usar en cualquier lugar; es decir, ofrecen una gran libertad de movimiento.
  • Son muy eficaces y en algunos casos regulables: puesto que son muy potentes, con estas grapadoras se logra un buen grapado. Además, las mejores pistolas grapadoras incluyen un regulador que permite ajustar la potencia de disparo. De esta forma, se evita dañar materiales delicados y se puede ajustar la profundidad del grapado para dejar la grapa enrasada con la pieza de trabajo.
  • Algunas pueden disparar clavos: las grapadoras mecánicas mixtas de gama media/alta pueden disparar pequeños clavos con cabeza.
  • No dejan marcas sobre el material: en el caso anterior, y en comparación con el uso de clavo y martillo, una ventaja adicional de las clavadoras de pistola es que el clavado no deja la marca del martillo sobre el material.

Pero no todo son ventajas: las pistolas grapadoras también tienen algunos inconvenientes; veamos cuáles.

Pistolas grapadoras para clavar madera Las pistolas grapadoras son muy útiles para trabajos con madera: molduras, cuadros, estructuras y bastidores, etc.

Inconvenientes de las grapadoras de pistola

Toda virtud puede ser a la vez un defecto; tampoco se libran de esto las pistolas grapadoras. Los principales inconvenientes de estas herramientas son dos: la fatiga que produce su uso continuado y tener que adquirir una grapadora concreta para cada tipo de grapa.

En primer lugar, la potencia del mecanismo de resorte y palanca de la grapadora no viene de balde. En largas tareas de grapado y, especialmente, cuando se usan grapadoras grandes que requieren un gran esfuerzo, se produce fatiga en la mano.

Para solventar el problema anterior, algunas marcas de grapadoras revisten con goma la empuñadura y diseñan gatillos ergonómicos pero, aún así, para tareas pesadas puede ser más conveniente comprar una grapadora neumática (o eléctrica).

Segundo, estas grapadoras admiten diferentes largos de grapa pero no diferentes anchos de alambre. Es decir, la misma grapadora no es apta para usar grapas de alambre delgado y las robustas grapas de alambre grueso, ya que, o bien las grapas gruesas no pasan por la ranura de las grapadoras pequeñas, o bien pasan varias grapas delgadas en las máquinas grandes, lo que desencadena un atasco. En consecuencia, cada tipo de tarea requiere su propia grapadora.

Conclusiones

Como se ha visto, las pistolas grapadoras ofrecen más ventajas que inconvenientes. Con ellas se trabaja más rápida y eficazmente en multitud de aplicaciones; sustituyen al clavo y al martillo con éxito en trabajos de tapicería, instalación de paneles aislantes, cercados y vallas, fijación de carteles, etc.

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