¿Qué son las grapadoras manuales?

Se consideran grapadoras manuales a las grapadoras que no son eléctricas y tampoco neumáticas. Es decir, con este nombre nos referimos a grapadoras 100 % mecánicas. Lo que tienen en común estas herramientas es que como fuente de energía solo requieren el esfuerzo del usuario, grapadora de mano, y de ahí su nombre. Las manuales tienen, como toda grapadora, sus pros y sus contras, los cuales vamos a ver a grandes rasgos en este artículo.

Según su forma y uso previsto, una grapadora manual mecánica puede ser, por ejemplo, la de tenaza para oficina; la especial para trabajos de tapicería y bricolaje, esto es, la pistola clavadora; la alargada y diseñada para grapar golpeando contra el soporte, como la grapadora de martillo; la clásica de oficina, con base y cabezal basculante (grapadora de sobremesa); o la grapadora de mallas, especial para poner valla metálica sobre postes.

Grapadora manual de escritorio Ejemplos de grapadoras manuales: la de sobremesa para el escritorio de la oficina

Ventajas de las grapadoras manuales

Una estructura liviana, un mecanismo interno sencillo y un diseño eficaz brindan a las grapadoras manuales algunas ventajas sobre las demás:

  • Son más baratas que las versiones eléctricas (ya sean de cable o batería), neumáticas, de gas o de pólvora
  • Sufren menos averías (ya que solo puede fallar en ellas la parte mecánica, es decir, carecen de circuitos eléctricos, solenoides, válvulas, pistones de aire comprimido, interruptores, etc.)
  • Incluso en caso de avería son más fáciles de reparar
  • Se pueden usar en cualquier lugar, dado que no requieren ni un enchufe eléctrico ni pilas ni compresor de aire ni baterías
  • Algunas poseen un alto valor estético y decorativo como las grapadoras de lujo El Casco
  • Son más fáciles de usar y requieren un menor mantenimiento
  • Existen modelos muy peculiares de grapadoras manuales, como las que pueden grapar sin grapas
  • Son más pequeñas (que el modelo equivalente eléctrico o neumático)

No todo son ventajas, sin embargo, y puesto que toda virtud puede disfrazarse de dardo envenenado, las grapadoras de mano también tienen algunos inconvenientes. Vamos a ver, pues, sus contras.

Desventajas de las grapadoras de mano

En términos generales, los principales inconvenientes de las grapadoras manuales son:

  • Falta de potencia para abordar ciertas tareas (como clavar grandes puntas en madera), aunque hay excepciones (por ejemplo: las grapadoras de papel de gran capacidad o grapadoras de gruesos son casi siempre manuales)
  • Fatigan al usuario, dado que es él quien provee el esfuerzo necesario para grapar, especialmente durante largas sesiones de grapado
  • Ciertos modelos, como algunas grapadoras para tapizar, requieren mucha fuerza para accionar el gatillo
  • En algunas de las anteriores también se produce un rebote incómodo (el retroceso)
  • En comparación con sus alternativas eléctricas o neumáticas, las grapadoras manuales son menos rápidas y, por ello, la labor del usuario es menos eficiente

Partes y estructura de una grapadora manual

Podemos diferenciar dos tipos de partes en una grapadora de mano: las principales y las auxiliares. Las primeras están presentes en toda engrapadora: son la estructura, el cargador de grapas, el empujador y la guillotina. Las vemos brevemente y después tratamos las auxiliares.

Partes principales

Aunque depende del uso previsto, los componentes de las grapadoras manuales se organizan siempre sobre un chasis —normalmente metálico— que sirve de soporte. Esta estructura tiene formas muy dispares entre unos modelos y otros. En ella están atornillados o ensamblados a presión el resto de partes de la grapadora.

En segundo lugar, toda grapadora manual —y por extensión cualquier otra— necesita un cargador, una guía que sirve de almacén para las grapas. Por él se desliza el alambre de las grapas presionado por una pieza que también tiene toda grapadora manual: un empujador con un muelle (resorte).

La tercera parte, el corazón de la grapadora de mano, es la guillotina o cuchilla. Esta lámina de chapa es la que separa la primera grapa del peine (bloque de grapas) y la embute en el papel, madera, cartón, etc. Lo hace deslizándose por una ranura a la manera de la guillotina francesa, de ahí su nombre.

A partir de este punto, según su forma y utilidad, las grapadoras manuales tendrán unas u otras piezas auxiliares que apoyan o hacen funcionar a las principales. Por ejemplo: las partes que constituyen el mecanismo de disparo.

Partes auxiliares

Vamos a ver dos ejemplos de partes auxiliares en dos tipos de grapadoras manuales: una de oficina en formato sobremesa y una clavadora de tapizar.

Grapadora manual de oficina Ejemplos de partes auxiliares en una grapadora manual de oficina: eje del basculante, yunque, resortes

La clásica grapadora de escritorio consta de una base y un basculante. La base se apoya en la mesa. La cabeza o basculante es la que se presiona para grapar el papel. Así, el eje del basculante es la pieza auxiliar que une a ambas y permite su libre movimiento. Asimismo, en la base, la pieza metálica que dobla las grapas para retener el papel, es decir, el yunque, es otra parte auxiliar. Aquellas grapadoras con yunque rotatorio soportan varios tipos de grapado. Finalmente, todos los muelles elásticos que posibilitan el trabajo de esta grapadora manual son también piezas auxiliares.

Grapadora manual para tapizar La palanca y el anillo de acero que la retiene son ejemplos de piezas auxiliares en las grapadoras manuales de tapizar

Por otro lado, la grapadora de mano para tapizar no tiene ni basculante ni yunque. Posee, en cambio, un potente gatillo o palanca que acumula tensión en su resorte interno y la descarga violentamente sobre la guillotina. En esta grapadora tal gatillo sería una de las piezas auxiliares. Otro ejemplo sería el regulador de fuerza de grapado que muchas de estas grapadoras incluyen para regular la profundidad de penetración según la dureza del material (madera, cartón, etc.).

Resumen y reflexión final

Las grapadoras manuales son las herramientas de mano que usamos para clavar y grapar cartón, papel, madera, tela, cable y muchos otros materiales. El rasgo común de los distintos tipos de grapadoras de mano es que la energía necesaria para embutir la grapa de alambre la aporta el usuario. La mayor libertad de movimiento y ser más baratas que sus equivalentes eléctricas o neumáticas son las principales ventajas de estos utensilios.

Por cierto, aunque no era una auténtica grapadora, la grapadora de Luis XV fue uno de los primeros inventos que hacía viable coser folios de papel y se considera una de las primeras grapadoras manuales de la historia.

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