¿Son mejores las grapas galvanizadas o las de acero inoxidable?

Y la pregunta es: ¿son mejores las grapas de acero galvanizado o las de acero inoxidable? ¿Acaso no son ambas resistentes a la corrosión? En este artículo te hablaré sobre este tema, haciendo especial hincapié en las diferencias entre estos dos aceros. También pondré algunos ejemplos que te ayuden a decidir qué grapas comprar para tus proyectos.

Introducción

Da igual si hablamos sobre grapadoras de oficina, grapadoras neumáticas para carpintería, grapadoras eléctricas de bricolaje o mecánicas de tapicero: todas grapan (o clavan) con grapas de alambre. Y para todas ellas podemos comprar grapas de acero galvanizado, es decir, revestidas con zinc, o de acero inoxidable, esto es, de aleación de hierro con carbono, cromo y níquel.

Decidirte por una u otra afectará a la durabilidad de las grapas y, por tanto, también a la del propio proyecto. Pero, ¡ojo!, porque sorprendentemente la durabilidad no es la única diferencia entre las grapas inox y las galvanizadas, como veremos más adelante.

En cualquier caso, lo primero que cabe preguntarse es: ¿por qué se oxidan las grapas? Veamos, pues, qué es la corrosión. Hablemos grosso modo de por qué se corroen los aceros comunes; y qué se puede hacer para evitarlo.

¿Qué es la corrosión del acero?

El acero es una aleación —mezcla de metales— compuesta principalmente por hierro (aproximadamente el 98 %). A su vez, el hierro es un elemento químico que en la naturaleza aparece en forma de mineral; sin embargo, no se encuentra en estado puro, sino en forma de óxidos o sales. Por eso, para obtener hierro puro, y posteriormente acero, se requiere un proceso industrial que elimine estos óxidos.

Así, de igual forma que las malas hierbas colonizan un jardín abandonado y lo llenan de maleza, la naturaleza también reclama el hierro para sí. En otras palabras, con el paso del tiempo el hierro tiende a recuperar su estado inicial, es decir, tiende a oxidarse. Este proceso físico-químico natural e implacable es lo que llamamos oxidación del hierro y del acero.

Ejemplo de oxidación en una chapa de acero: corrosión localizada. Foto: laminas y aceros.

Todos los metales son susceptibles de oxidarse pero no con la misma rapidez. Por ejemplo: el potencial de oxidación de los metales nobles es menor. Este hecho es el que se aprovecha en la industria para combatir la corrosión de las grapas: bien bañando el hierro con un metal adecuado (galvanizado), bien aleándolo con él (inoxidable). Veamos, pues, en qué consisten estas técnicas.

Grapas de acero galvanizado

El proceso de galvanizado o galvanización es una técnica electroquímica que permite recubrir un metal con otro. Al recubrir con una delgada capa de zinc el alambre de acero de la futura grapa, se aumenta su resistencia a la corrosión. Depósitar zinc (Zn) sobre hierro (Fe) es el galvanizado más habitual en la industria. Esta técnica funciona porque, aunque el zinc es un metal menos noble que el hierro, se corroe más despacio.

Plancha de acero recubierta de zinc mediante proceso de galvanizado

La ventaja de las grapas de acero galvanizado es que son muy baratas, puesto que el zinc es un metal barato y la capa de revestimiento que se aplica a la grapa es muy delgada. Como contra está el hecho de que su resistencia a la corrosión es mucho menor que la de las grapas de acero inoxidable. Pero enseguida veremos que hay otra diferencia.

Grapas de acero inoxidable

El acero inoxidable es una aleación de hierro y carbono que contiene como mínimo un 10,5 % de cromo. No obstante, algunos aceros incorporan también otros elementos como el vanadio, el molibdeno o el níquel. Esta aleación la inventó el metalúrgico inglés Harry Brearley.

¿Por qué es resistente a la corrosión el acero inoxidable? Su resistencia se debe, precisamente, al cromo, un elemento químico que reacciona muy fácilmente con el oxígeno del aire y se oxida, formando así una capa protectora (pasivadora) que protege el hierro de la aleación. Es importante tener en cuenta que a diferencia de las galvanizadas, aquí no hablamos de un recubrimiento, sino que toda la grapa es del mismo material.

Las grapas de acero inoxidable son mucho más resistentes a la corrosión que las galvanizadas. También son más caras, pues su precio puede ser hasta diez veces mayor. Además, poseen una segunda ventaja: son más fuertes, más robustas. Las propiedades físico-mecánicas del acero inoxidable son superiores a las del ordinario. De esta forma, una misma grapadora clavará más fácilmente una grapa de inoxidable que una galvanizada y será más difícil que en materiales duros sus patillas se doblen.

¿Cuándo comprar grapas de acero inoxidable y cuándo galvanizadas?

Ahora sí, vamos a tratar lo que más nos interesa: ¿cuándo estará justificado comprar grapas de acero inoxidable a pesar de su alto precio?

Las grapas de acero galvanizado ofrecen protección suficiente contra la corrosión en interiores. En interiores, y a corto plazo, las grapas de toda la vida no se oxidarán debido a la humedad presente en el aire. Las usaremos, por ejemplo: para tapizar sillas y sofás, para grapar documentos ordinarios, para fijar pósters y carteles en paredes, para clavar cables telefónicos o de fibra óptica en interiores, etc.

Grapas convencionales de acero galvanizado (revestimiento de zinc)

Por el contrario, en proyectos en los cuales las grapas estén expuestas a la intemperie, en ambientes muy húmedos, en presencia de sal (ambientes marinos), etc., las grapas de acero inoxidable son claramente mejores. Además, puesto que también son más fuertes, también compraremos estas grapas para clavar sobre soportes difíciles (maderas duras, materiales muy densos y compactos, etc.).

Algunos ejemplos en los que las grapas de acero inoxidable ofrecen buenos resultados son: proyectos de tapicería náutica (barcos, yates), instalación de aislantes en ambientes marinos, fijaciones al aire libre, césped artifical clavado sobre plataformas o rastreles de madera, asientos de coche y moto, instalación de mallas metálicas sobre postes de madera, etc.

Grapas de alambre delgado de acero inoxidable para tapicería y uso industrial

Y, por cierto, también existen grapas de acero inoxidable para las grapadoras de oficina, las cuales son muy útiles para archivos de larga duración, puesto que no se corroen y no manchan el papel. Además perforan el papel con más facilidad. Estas grapas incluso pueden ser útiles en las más variopintas reparaciones, para coser entre sí láminas de plástico o membranas sumergidos en piscinas y estanques, etc.

Grapas de oficina 24/6 de acero inoxidable

Quiero concluir respondiendo a una pregunta muy común: ¿cómo saber si una grapa es de acero inoxidable o galvanizada? ¿Cómo nos aseguramos de que las grapas que nos han vendido son realmente de acero inoxidable?

Cómo distinguir las grapas de inox de las galvanizadas

Existe la creencia popular de que el acero inoxidable no es magnético, es decir, que si un imán no atrae a la grapa, entonces significa que la grapa es de acero inoxidable. Sin embargo, esto no es del todo cierto, puesto que hay aceros inoxidables que sí son magnéticos.

En efecto, los aceros inoxidables ferríticos, martensíticos y dúplex sí son magnéticos. Por ejemplo: los aceros AISI 430, AISI 420 y AISI 2205. En cuanto a los no magnéticos, podríamos hablar de los aceros austeníticos AISI 304 y 316.

En consecuencia, si el imán no atrae a la grapa, es casi seguro que estamos ante una grapa de acero inoxidable. Por el contrario, si se queda pegada a él, pueden ocurrir dos cosas: que la grapa sea de acero galvanizado o de un acero inoxidable magnético.

En este caso hay que recurrir a otro método: comparar su aspecto visualmente. Si disponemos un peine de grapas galvanizadas junto a otro de acero inox, apreciaremos en las de acero inoxidable un tono distinto, más apagado, que tiende más hacia un dorado. En cambio, las galvanizadas sí son claramente plateadas. Por último, también podemos probar a rayar las grapas: las de acero inoxidable son más duras y, por tanto, más difíciles de rayar.

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